En los años ochenta, Vimar introduce un enfoque diferente, nuevo para el sector electrotécnico cuyo objetivo es la calidad total; objetivo nada fácil en un sector muy complejo por número de productos, cantidad de componentes y tecnologías aplicadas. Un esfuerzo considerable ya que no se trata sólo de invertir sino también de proyectar y realizar directamente las líneas productivas.
Durante la realización de los proyectos se presta una especial atención al montaje de los productos para que sea lo más racional y simple posible; esto se logra gracias a un diálogo constante con los clientes con los cuales se mantiene estrechas relaciones de colaboración y no simples relaciones comerciales.
En este proceso, también ha sido determinante el elemento humano y la implicación de toda la estructura empresarial, en todos los niveles y en todas las competencias.
El mercado premia con un éxito rotundo este nuevo planteamiento empresarial, sellado por la afirmación de la serie Idea, que, todavía hoy, ilustra la atención que Vimar presta a la calidad.
