El logotipo es el trazo distintivo de una marca: da las coordenadas para reconocerla, encontrarla y recordarla. Es un instrumento indispensable para asumir una posición en el mapa mental del consumidor. Otorga un papel en una geografía de mercado cada vez más competitiva.
Como las ciudades, también los logotipos cambian, se renuevan, compiten entre sí. Y dejan un rastro que explica tanto su historia como la evolución del contexto en que aparecen. Como nuestro logotipo, que presentamos en su recorrido de 1945 a hoy.